Ayerbe
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Obra Pública

El mundo de las Diosas

DAMA DE AYERBE

La escultura denominada DAMA DE AYERBE ubicada en la actualidad en la Plaza Ramón y Cajal de Ayerbe fue realizada mediante talla directa en el I Taller de Iniciación a la Escultura en Piedra dirigido por Ana Béjar y realizado durante el mes de agosto  del 2004 en la Plaza Aragón de la localidad. La obra fue tallada en piedra arenisca y sus medidas son 190x70x70cm

Esta figura está inspirada en Doña Greyda de Lanuza, esposa de don Hugo de Urríes, dama renacentista gran impulsora del desarrollo económico y cultural de la villa.

Es una elegante figura femenina de aspecto intemporal que representa el espíritu fundador, armonizador y protector de la comunidad.

Es una figura portadora del Grial, recordando  la leyenda de que por Ayerbe pasó la sagrada copa camino de la Catedral de Valecia desde el Monasterio de San Juan de la Peña.

Heredera de la Gran Diosa Madre neolítica en su faceta de Vieja Sabia contenedora del útero milagroso al que acudían los muertos para renacer. En la cultura celta tenemos

Texto del periódico del Alto Aragón :

“La escultora recoge la tradición y justifica así la elaboración de la obra: “A mi siempre me ha parecido evidente el tradicional proverbio que afirma que detrás de todo gran hombre, en realidad hay una (gran) mujer. No es que tenga nada contra los varones o no los crea igualmente capaces de hacer grandes cosas, pero es que han detentado durante tantos siglos los mecanismos del poder que por fuerza han devenido en univocos y previsibles. Por eso, por su heterodoxia, para una artista resultan siempre más sugerentes las heroínas que los héroes, las diosas que los dioses, las civilizadas damas que los aguerridos señores.

Así que cuando me plantee cómo reflejar el mítico espíritu fundador, armonizador y protector de la comunidad, este moderno numen solo podía tener el aspecto de una elegante dama intemporal.”

Quiero respetar aquí integramente el anecdotario que sobre la confección de la obra “in situ” me ha remitido su autora:

El proceso de la talla fue todo un espectáculo. Habían dejado la piedra en la plaza alta, junto al muro norte del mismo palacio donde vivieron D. Hugo y Dna. Greyda.

Despertó gran expectación en el pueblo y todo el mundo tarde o temprano se paraba a observar, a comentar o incluso a preguntar a la artista. Incluso llegué a tener un puñado de leales seguidores que todos los días iban a conocer los avances. Además era el mes de agosto y, por la transitada carretera principal que todavía atraviesa el pueblo camino de los Pirineos, cientos de coches echaban el freno al cruzar junto a la plaza para tratar de adivinar quien era y qué hacía aquel ser con gorra azul, trasteando junto a un gran pedrusco y rodeada de una enorme nube de polvo.

Algunos se decidían a parar y hasta a picar un rato junto a mis animosos ayudantes Angels, Francisco y Paco. Pero en aquellos sofocantes días de verano creo que lo que verdaderamente contribuyó a que se terminara el trabajo en plazo fueron los solidarios porrones de Valero, el dueño de uno de los más conocidos bares de Ayerbe que seguía mis afanes desde su terraza situada enfrente.”

MONUMENTO INACABADO A LA REINA DE LOS MALLOS

Monumento que consta de varias esculturas  talladas en piedra arenisca de Ayerbe de gran formato y como destino último es el actual Parque de los Ciervos en la localidad de Ayerbe, Huesca). Consta de la imagen principal de la Reina de los Mallos, cuatro esculturas de los artesanos que representan al pueblo, el territorio  simbolizado por una zona pétrea o mallos con los gravados de los siete pueblos del reinado y el río Gállego.

EL TERRITORIO

En esta tierra milenaria se han ido sucediendo y superponiendo diferentes culturas. La particular orografía, a caballo entre la depresión del gran río Ebro y las elevadas prominencias de los Pirineos, ha permitido el asentamiento continuado de núcleos humanos cuyo rastro se esconde muchas veces bajo los cimientos de los modernos poblados.

Tras la integración durante el medioevo de todos estos territorios en el Reino de Aragón, se vivió una época de especial protagonismo durante el reinado de Pedro I. Al casarse en segundas nupcias con la italiana Doña Berta, la dotó de forma vitalicia con las plazas de Agüero, Murillo, Riglos, Ayerbe, Marcuello, Sangarrén y Callén, por lo que a la muerte del monarca constituiría un reino privativo de esta singular Reina de los Mallos.
Es una epopeya que, aunque breve, ha dejado suficiente impronta en la idiosincrasia de la comarca, un fragmento de la historia local cuyo recuerdo merece, como pocos, ser conmemorado en forma de monumento.

Aunque al hablar de los Mallos siempre se suele pensar en Riglos, lo cierto es que bajo esta denominación se agrupan una serie de formas orográficas que caracterizan y determinan el paisaje del llamado Prepirineo. Los Mallos de Agüero, la peña Ruaba de Murillo y las principales cimas de las extensas sierras que se extienden de este a oeste definen un territorio homogéneo recorrido en buena parte por el río Gallego.

LOS ARTESANOS

Representan a  los hombres y las mujeres que, fieles a una tierra donde vieran la luz por vez primera, con su esfuerzo y su tozuda perseverancia han ido forjando este Reino de los Mallos a través de los siglos. Sin embargo, aunque se rememore una época medieval donde predominaron como nunca  los estamentos sociales, en esta ocasión no se intenta reflejar el espíritu de aquellos tiempos con el protagonismo de la privilegiada clase de los caballeros o del clero, sino en las gentes llanas del pueblo.

REINA DE LOS MALLOS


Es una escultura de bulto redondo realizada en piedra negra de Calatorao, conocida como el mármol aragonés y ha sido realizada mediante la técnica de la talla directa. Se trata por tanto de una pieza única.
Representa a una dama de aspecto regio, sentada sobre un trono compacto y acanalado por el dorso. El refinado pulimento resalta las facciones del rostro o las manos, en contraste con sus vestiduras y adornos que adoptan volúmenes propios de las formaciones rocosas.
Su expresión intemporal, la tez oscura y su cimentada actitud evocan a las fuerzas ctónicas de la Tierra, a la personificación de la Naturaleza Soberana encarnada en la Reina de los Mallos.

LA AGUADORA

El monumento llamado “La Aguadora” se encuentra ubicado en la Plaza Mayor de Santa Eulalia del Gállego, provincia de Zaragoza. La realicé en piedra arenisca de Ayerbe en 2007, siendo sus dimensiones 240x80x60 cm.

La iniciativa de realizar la obra surgió de la Asociación de mujeres, tras un taller de modelado que organicé en el pueblo, como recuerdo y homenaje a las mujeres que antaño con gran esfuerzo transportaban el agua de la fuente a sus casas, en cántaros, las “aguadoras”.

La figura representa a una mujer de gran fortaleza que porta dos cántaros, uno en la cabeza y otro bajo el brazo. Por sus características hoy se la conoce entre la población como “La Regordeta”.

Estuve tallando la pieza durante tres intensas y calurosas semanas de verano en la plaza de la iglesia, frente al templo y se ubicó finalmente en la plaza anexa, la Plaza Mayor. Se presentó durante las fiestas mayores del 2007.

Como en todas las obras de cierta envergadura existe por detrás una pequeña intrahistoria, detalles humanos que también insuflan vida a la piedra que se talla. Están los personajes humildes que se acercan extasiados por la envergadura del trabajo, más cuando comprueban que quién se dispone a hacerlo es una mujer sola y sin complejos.

En esta ocasión la figura entrañable se llamaba Juan y fue mi fiel y eficiente escudero durante todo el tiempo que duró el trabajo. Siempre dispuesto a atender cualquiera de mis necesidades, ya fuera agua, una escalera o una alargadera para la toma de luz. Siempre con el cepillo en las manos, recogiendo en las pausas los escombros con tanta rapidez, que casi no llegaba a verlos. De no ser por sus encomiables desvelos, yo no se si hubiéramos llegado a tiempo a la inauguración.

Una inauguración también con anécdota. El caso es que nadie me advirtió, pues no debieron considerarlo necesario, de modo que la tarde inaugural, tras los preceptivos discursos lisonjeros ante todo el pueblo, también yo me quedé de piedra cuando vi acercarse al cura con sus hisopos dispuesto a consagrar a nuestra querida “Regordeta”, la primera y única de mis esculturas que hasta la fecha ha sido bendecida.

Al pie de la escultura encontramos una placa que reza: “HOMENAJE A LA MUJER RURAL”. Santa Eulalia del Gállego. Asociación de Amas de Casa Fuente Andrea.

CIRCULOS ENCADENADOS

La composición escultórica de Círculos Encadenados se encuentra ubicada en el Centro de Reforma para Menores San Jorge de Zaragoza.

La talla de estas dos esculturas que componen el monumento, en piedra arenisca de Ayerbe, de dos metros de altura, la realicé en 2006 en el marco de un taller de artes plásticas, organizado para los internos del Centro de Reforma, donde estuve dando clases durante varios años. En dicho taller surgió la oportunidad de realizar una obra y presentarla en la 7ª Exposición Europea de Arte Fantástico que se celebró en el Parque Escultórico de Ebén-Emael, Lieja, Bélgica, en colaboración con los residentes del Centro de Menores.

Después de tres meses de trabajo en el patio del Centro, junto a varios menores, las obras fueron trasladadas en un camión a Bélgica, donde estuvieron expuestas durante un año en el citado Parque, volviendo después a Zaragoza.

Tras debatir diferentes posibilidades, se escogió el diseño que hice de dos bloques enfrentados siguiendo la estética de las grandes esculturas precolombinas. El varón sería Adam, Hijo de Eden y la chica representaba a la Hija del Sol, componiendo ambas moles una especie de jambas de un mítico pórtico sideral, donde ambos se miraban en un espacio-tiempo petrificado, eterno. Sobre el suelo, el simbolismo de su unión amorosa se plasmaría mediante círculos encadenados con piedrecillas de colores.

En cuanto al anecdotario quiero resaltar que como responsable del proyecto, yo no sabía en que lío me estaba metiendo y la cantidad de burocracia que iba a suponer. Los chicos se sentían muy atraídos por lo inédito de la propuesta, pero lo cierto es que nos encontrábamos en un centro de reclusión para presuntos o declarados delincuentes y les íbamos a proporcionar herramientas de talla que igualmente podrían emplearse como peligrosas armas. En consecuencia las medidas de seguridad eran intensas, con registros a la entrada y salida de la actividad, siempre recontando los materiales y guardándolos a buen recaudo.

Acostumbrada a trabajar a mi aire, lo que más me impresionó fue la cantidad de llaves y puertas que se cerraban ante mí cada vez que salía del patio de trabajo. Para los chicos era algo habitual y apenas lo notaban.

Además el grupo de trabajo siempre se veía mermado por algún imponderable, de modo, que había constantes variaciones en torno al número de internos que tallaban.

En el transcurso de las arduas y siempre vigiladas y muy calurosas sesiones de trabajo pues se echó encima el verano, aprendí como siempre algunos trucos del oficio. Pero lo que no se me olvidará nunca son las risas de los chicos y su alegre camaradería, la sensación de libertad que en algún momento todos compartíamos al armonizar nuestro anónimo esfuerzo encerrados entre aquellos altos muros.

A Bélgica, a inaugurar la exposición con nuestras obras, fuimos una comitiva del Centro, incluido un menor, que disfrutó como un enano y junto a él, todos los demás.

 

GIGANTA HILANDERA DE LOS MALLOS

En el maravilloso Reino de los Mallos confluyen una serie de personajes legendarios entre los que ocupa un lugar importante la Giganta de Riglos, representante de una raza mitológica relacionada con el origen de las montañas. Ella será quién construya el impresionante muro de los Mallos para permanecer al resguardo de los hombres en su refugio de la Foz de Escalete.

Se cuenta que algunas veces como en la noche de San Juan se la ha visto apoyar un pie sobre Peña Ruaba y otro en el mallo Pisón de Riglos para mojar las hebras de hilo que trabaja en su enorme huso. Otras veces aparece hilando sentada sobre este mallo Pisón, también llamado Huso, por tener esa forma. Es una Giganta hilandera que con su instrumento mágico de hilar y va tejiendo la naturaleza, en especial, las montañas.

Se trataría pues de una especie semidivina. Pero aun es más interesante su aspecto de hilandera. Su característico huso que luego devino en rueca, es un utensilio propio del trabajo femenino, ambos identifican al personaje. Desde la antigüedad hasta nuestros días se les regalaba a las novias, en el momento del matrimonio, como símbolo de abundancia y fecundidad (también símbolo lunar). Su actividad la aproxima a las diosas que tejen el destino de los seres humanos.

En la tradición clásica tenemos a las Diosas del Destino, las Moiras griegas y las Parcas romanas. En la tradición nórdica serán las Nornas.

Otros ejemplos de diosas relacionadas con el hilar son las griegas Afroditay Hera, herederas de las Diosas Pájaro Serpiente del neolítico. También egipcia Neith, madre de los dioses y creadora del semen de los hombres, inventora del tejido y patrona de las hilanderas. La fenicia Innana-Isthar, Gran Madre, Diosa de la fertilidad y tejedora del destino. La céltica Brigantia señora de las cumbres y patrona de los artesanos, poetas y sanadores.

Se trataría pues de una deidad matriarcal como la germana frau Holla, protectora de los muertos y diosa tejedora. Amadrinaba el trabajo de las hilanderas, velaba por el orden doméstico, otorgaba el don de la fecundidad a las mujeres y protegía a los recién nacidos. Su reino es el interior de las montañas, el interior de las cuevas; donde también vive Anu, que en el cristianismo céltico se asimiló a santa Ana. Anu es la madre de los dioses irlandeses, protectora de la fecundidad de la tierra y a la que se encomendaban los difuntos. Se pasa el tiempo hilando los rayos del sol en una doble colina que se conoce como “las tetas de Anu”. Muy similar al monte de San Miguel en Ayerbe.

Por todo el norte de España aparecen las Viejas Hilanderas, personajes fantásticos de proverbial fuerza física que llevan un huso o una rueca y a las que se considera constructoras de los dólmenes prehistóricos. A estos megalitos funerarios se los conoce como Casas de la Moura o de la Vella y se dice que fueron levantados con grandes piedras que levantaba la Moura sobre su cabeza y en los costados, mientras iba tranquilamente hilando.

Entre algunos ejemplos más en el Pirineo y en Europa.

En todos los territorios donde se dejaron notar las creencias celtas, o más bien las de la Edad del Bronce y anteriores que ellos heredaron, se considera que el mundo de ultratumba existe en paralelo al nuestro, y los hombres pueden relacionarse con él mediante ritos en espacios sacralizados por nuestros antepasados y en momentos específicos como en Samaín o Todos los Santos.

Lo cierto es que cuando los civilizados romanos invadieron el interior de Europa, con una tradición de raíces célticas, tan vigorosa como la mediterránea, se encontraron por todas partes con espíritus del lugar, ya fueran montes, valles, bosques, ríos, fuentes, acantilados o cuevas. La mayoría aparecían con rasgos de mujer e identificadas con Diosas del Destino que conocemos como Hadas, como nuestras Moras pirenaicas que tejen ovillos de hilo de oro que dejan correr por los cauces de agua, a la espera de que sean recogidos por algún humano y así pueda terminar su encantamiento.

También son guardianas de tesoros, materiales o espirituales, que suelen custodiar al lado de sierpes o dragones.

Algunas versiones de la Giganta de Riglos parecen indicar que también lavaba y peinaba sus largos cabellos en la corriente del río Gállego. Lo que sí sabemos es que no se limitó a construir un dolmen como tantas otras, sino que ni más ni menos levantó el poderoso farallón de los Mallos para ocultarse

En ocasiones además de los pedruscos llevan un niño o más en brazos y les van dando de mamar, por lo que no serían tan viejas como se pretende.

Según estudios es una diosa muy antigua de la fertilidad y de ultratumba, similar a la Demeter griega, quizás indoeuropea o anterior ateniéndonos a las Diosa Madre de la vida y la muerte del neolítico, conservada en la tradición popular como La Anciana. Se trata de una mujer de poderes prodigiosos, muy longeva, capaz de crear el entorno geográfico en el que vive y sobre el que parece detentar alguna especie de reinado. Muy acorde con nuestra Giganta, personificación de la tierra fecundada por el río que corre a sus pies, sentada en un trono que formarían los Mallos y sosteniendo a modo de cetro, el huso donde se ovillan los hilos de la existencia.

La leyenda dice que se cubrió las espaldas con los mallos y se internó en la conocida Foz de Escalete. portal ciclopeo. Al atravesarlo estaríamos accediendo al espacio más restringido de la giganta mítica, el lugar mágico escogido para desaparecer, para retornar a ese mundo paralelo donde las más antiguas diosas de Europa estaban al cargo de los muertos como los dólmenes, Casas de la Giganta, la Mora o la Vieja, junto a Escalete no se han encontrado dólmenes pero hay un conjunto funerario prehistórico.

Dentro de la misma comarca de la Hoya de Huesca, está Giganta Filandera del Salto de Roldan, que se acomoda a horcajadas sobre las dos enormes peñas de Sen y Men, dejando que el río Flumen fluya entre sus piernas, mientras continúa elaborando el enorme hilo que llega hasta las profundidades del mismo, 400 metros más abajo. La briosa Filandera acabó por convertirse en un iguamente prodigioso Roldán.

Estos seres parecen pertenecer a la esfera de lo imaginario, son fruto de la tradición oral. Formaban parte de la cosmovisión de quienes poblaron este territorio en la más remota antigüedad, transformándose en relatos legendarios que, en épocas sucesivas, fueron reinterpretados por las culturas oficiales para adaptarlos a su particular dogma. La Giganta ha sobrevivido hasta nuestros días y forma parte de un patrimonio valioso, mítico y espiritual que todos hemos heredado.

LA GIGANTA FILANDERA DE LOS MALLOS” la he creado para el sendero de la Fontaneta, dentro de las intervenciones artísticas del “Sendero de las Filanderas”, desarrolladas en agosto de 2021. Desde hace mucho tiempo, paseando por el sendero unos cuantos seres sobrenaturales, de mundos paralelos y de leyendas me demandaban un espacio para hacerse realidad. Gracias a la colaboración del Ayuntamiento de la villa y al empuje de la asociación Mottainai de Zaragoza, a la cual pertenezco, ha sido posible este verano, que la Fontaneta de Ayerbe se vista de magia con varias esculturas dedicadas a la figura mítica de la Giganta Filandera de Aragón.

Esta escultura que es una interpretación personal de la Giganta, ha sido creada y expuesta en un entorno de pinos que pudieran abrazarla. Porta en su falda las piedras milagrosas con las que construirá el farallón de los Mallos. Al igual que la diosa Serpiente del neolítico europeo que reaparece en Creta, lleva los pechos al aire, lo que significa la capacidad de dar alimento a todos los seres vivos y serpientes enroscadas en sus brazos como en el caduceo, con la capacidad de dar la vida la derecha y de quitarla la izquierda, como una unidad.

El huso que forma parte de su mismo brazo izquierdo es símbolo lunar de renacimiento, contiene la luna creciente y llena (la vida) cuando está enrollado y la luna nueva cuando se desenrolla (la muerte).

Lleva semillas en su pecho y abdomen, símbolos también de “llegar a ser”, de renacimiento.

La Diosa contiene los dos polos de la dualidad, evitando que se separen, (la oposición que nuestra consciencia moderna asume como inevitable).

Está realizada con técnica constructiva con piedras y mortero la falda y la parte superior con estructura metálica y cemento txt. En agosto de 2021.