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El mundo de las Diosas

El mundo de las Diosas

Desde que comencé en el mundo del arte,  inspirándome en las diosas de la antigüedad, me daba cuenta que sus símbolos y poderes nada tenían que ver con las ideas que nos han transmitido en torno al a la mujer desde la sociedad patriarcal. En ellas encontraba fuerza, energía creativa, transgresión, rebeldía, libertad, vida, muerte.

Hice esculturas  de diosas como Isis, Maat, Anahita, Atenea, Kali, etc. También algunas venus del paleolítico. Pero fue a raíz de estudiar a las diosas del neolítico y sus tres grandes grupos cuando me di cuenta que toda la historia, mitología posteriores tenían una fuente común. Ha sido un gran descubrimiento para mí. El momento den el que nos encontramos ahora, la lucha por la feminidad verdadera tiene su explicación en que   el arquetipo de la Diosa Madre lo podemos encontrar en el pasado y en nuestro inconsciente, en nuestros sueños y el arte, en leyendas, ritos y fiestas que todavía se celebran.

Diosa Morgana

¿PORQUE ES TAN IMPORTANTE LA DIOSA PARA MI?

UNA MIRADA AL PASADO CON CLAVE DE PRESENTE

En la antigüedad, la Diosa Madre era una imagen que inspiraba la percepción del universo como un todo orgánico, sagrado y vivo de la que ella era el núcleo, una ontología de la que formaban parte como ¨sus hijos¨, la humanidad, la tierra y toda forma de vida terrestre. Esto, visto desde nuestra perspectiva actual, significa que todo está entrelazado en una red cósmica que vincula entre sí todos los órdenes de vida manifiesta, porque todos ellos participan de la santidad de la fuente original.

La aparición de miles de esculturas de la diosa en todo el mundo, son la prueba más palpable de la existencia de antiguos matriarcados y de símbolos integrales procedentes de una fuente mítica que siempre es y ha sido compartida por la  humanidad. El culto a la diosa suprema de la fertilidad perduró hasta la civilización Minóica y en el II milenio adne. Entró en decadencia con las invasiones  indoeuropeas y la llegada de sociedades androlátricas y patriarcales.

Si bien el mito de la diosa nunca ha desaparecido completamente, ha permanecido oculto, confinado a imágenes que no expresaban la vitalidad  y espontaneidad que le correspondían. De hecho la diosa en la mitología hebrea se hizo clandestina, creando un antecedente que sería asumido plenamente por el posterior cristianismo.

La merma de lo femenino durante milenios, nos obliga ahora a enfrentarnos al problema más acuciante y peligroso de nuestra época: el de la explotación y rechazo de nuestra madre sustentadora, la Tierra, a quién se le está arrebatando la inmensa reserva de vida que había preparado para nosotros  y a quién encima se le niega, con suicida empecinamiento, la oportunidad de generar más.

DIOSA ANAHITA

Ante la gravedad de la situación, en lo profundo del inconsciente de muchas personas surge de nuevo la imagen de la vieja diosa, que exige reconocimiento y homenaje, guiándonos hacia la necesaria transformación. El viejo mito emerge entremezclado con la reivindicación del verdadero papel de la mujer y lo que representaba su imagen: una visión de la vida como un Todo sagrado en el que sus componentes se manifiestan en un perpetuo dinamismo. La red espacio-temporal que la diosa Madre tejió antaño de su vientre eterno, se ha convertido en la red cósmica que relaciona entre sí toda forma de vida.

La imagen de una telaraña cósmica interrelacionada que nos presenta la física atómica moderna, paradójicamente  también ha sido utilizada en Oriente para transmitir la experiencia mística desde tiempo inmemorial. Para  el budista el mundo externo y su mundo interior son sólo dos lazos de la misma tela, en la que los hilos de todas las fuerzas y de todos los sucesos, de todas las formas de conciencia y sus objetos, están entretejidos formando una red inseparable de relaciones sin fin, mutuamente condicionadas.

La Diosa es, siempre lo ha sido, la guardiana de la interioridad del ser humano. El patriarcado ha regulado los aspectos externos de la conducta humana, menospreciando el instinto individualizado, el sentimiento, la emoción y profundidad de lo femenino, salvo cuando estaba al servicio de lo colectivo. Ante esto debemos  descubrir la fuente interior de la verdadera conciencia y de la orientación espiritual, la divinidad interior, según Jung, el ¨sí mismo¨.

El mensaje que nos transmite la Diosa es que debe aparecer una nueva ética colectiva enraizada más profundamente en la conciencia individual. En nuestro contexto y en nuestro tiempo, la agresividad humana, las necesidades y los derechos humanos son los grandes dilemas de las personas, que sienten ya una obligada integración de la conciencia y tienden hacia una forma nueva de funcionar en el mundo.

LAS ESCULTURAS DE LAS DIOSAS

Del  poder y simbolismo de la Diosa he realizado una interpretación personal que ha dado como fruto, a una serie de esculturas que en sí mismas conforman un pequeño universo de la Gran Madre, están dedicadas a la Mujer en mayúsculas, reivindicando el extraordinario poder de  la energía sexual femenina que nos conecta con la Fuente y nos invita a celebrar que hemos nacido para el placer. Es la mujer que ríe con el vientre, la que transmite la energía de la poderosa luna, la que es fértil fango creativo, un ser múltiple brillante y oscuro a la vez, la que seduce con su tesón, la que sabe volar con su innata belleza, la que nos contagia de su alegría en un abrazo multicolor, la que teje con hilos de bienestar, la que cultiva no sólo flores y frutos, sino abalorios de amor, recordándonos que el cuidar es una palabra tan liviana, transparente, solidaria y cálida que nos hace sentir felices y dejar de lado expresiones como competir, emprender para comerse el mundo o  aumentar el PIB.

Es la sabiduría de la diosa, la que llega desde nuestras abuelas y madres y a través de nosotras para sumergirse en nuestras hijas, sobrinas o nietas, manifestando que somos naturaleza y universo en todo su esplendor.

El sentido último de todo esto es zambullirse en ese inconsciente colectivo de miles de seres que antes que yo han vivido y han experimentado el verdadero sentido de la vida. Disfrutar, viendo la mirada de todas las mujeres y niñas  que se sienten identificadas con mi obra, su simbología, el  tejido, los adornos. Escuchando los gritos de alegría de las niñas en los talleres que realizo sobre la diosa, al sacarles las cajas de abalorios, me doy cuenta que Vibran cuando decoran las esculturas .

Diosa Astarte

DIOSAS DE LA ANTIGUEDAD

DIOSA MADRE, DIOSA DE LA FERTILIDAD, DIOSAS DEL CIELO, DIOSAS DE LA TIERRA, DIOSAS SOLARES, DIOSAS DE LA LUNA, HADAS, VIRGENES, DUENDESAS, SACERDOTISAS, SIRENAS, ETC.

“Danaísmos”: Tallas en piedra y madera

“Gatuperios”: técnica constructiva mixta con papel, lanas y otros materiales.

“Diletantes”: técnica constructiva mixta con metal y masilla epoxi

DIOSAS DE LA PREHISTORIA: SERIE NEOMÍTICAS

Desde el VIII milenio adne., los pueblos que se asentaron en la región Euroasiática y Próximo Oriente, estuvieron progresando dentro de un modelo cultural único denominado “proceso de neolitización” con logros similares que culminó en sociedades con matices propios a partir del V milenio.

Las necesidades mitológicas de las sociedades en formación llevaron a la Diosa paleolítica a tener que manifestarse a través de muchas advocaciones o epifanías diferentes, como Diosa Fertilidad de la Tierra, Diosa del Grano, Diosa Serpiente, Diosa Pez, Diosa Rana, Diosa Erizo,  Diosa Mariposa o Abeja…, pero su omnipotencia y funciones ancestrales permanecieron intactas, también su simbolismo clásico siguió vigente aunque incorporó nuevos diseños que acabarían teniendo mucha importancia ritual.

De este periodo se han encontrado más de 30.000 esculturas en la llamada Vieja Europa. La Diosa se diferencia en tres grandes grupos con características propias identificativas, si bien están relacionadas entre sí y poseen rasgos comunes. Yo he estudiado sus formas, su simbolismo y atributos y he creado la serie Neomíticas, basándome en ellas.

Con el correr del tiempo hacia la Edad del Bronce  y la usurpación de sus poderes por parte del dios masculino, la diosa se desgajará y encontraremos atributos sueltos en cada diosa posterior como diosa de la tierra, diosa del río, del mar, de las estrellas, de fenómenos atmosféricos,  etc,. También aparecerán mitos con el dios varón como hijo-esposo de la diosa.  Posteriormente veremos al dios masculino usurpando todos los poderes de la diosa y a esta soterrada y devaluada.

Según Marija Gimbutas (experta en diosas del neolítico europeo), se distinguen tres grandes grupos de diosas:

DIOSA SARDINIA

GRAN DIOSA, DIOSA MADRE, DIOSA DE LA VIDA, LA MUERTE Y LA REGENERACION, DIOSA DE LA FERTILIDAD O SEÑORA DE LAS BESTIAS, que en el neolítico agrícola pasó a ser la DIOSA DE LA REGENERACION O DIOSA DE LA LUNA.

Es la diosa de la vida, de la muerte y del renacimiento y como la luna tiene dos caras. Destaca en ella su corpulencia, ideal femenino en la prehistoria, sobre todo en torso, nalgas, caderas y muslos. Solía llevar los brazos cruzados, la cabeza fálica, y mostraba un pubis poderoso indicando que ella era el seno universal, fuente inagotable de vida y reina subterránea o regazo de los muertos que renacen en su interior. Lleva dibujados motivos que evocan los cuartos lunares o los cuernos de toro. Se le representaba con grandes manos de 4 dedos y se la identifica con animales de gran poder fertilizador.

DESCRIPCIÓN DE LA DIOSA MADRE

DIOSA MADRE PUBISCELESTE

La Gran Diosa en el neolítico fue heredera  de los tiempos preagrícolas: fuente de vida y fertilidad a la vez que con poderes destructores.

Las esculturas encontradas son imágenes corpulentas, ideal femenino en la prehistoria, cuellos y cabezas fálicas, como pilares, sin boca, con brazos cruzados, manos en el pecho o descansan sobre animales. Algunas son muy esquemáticas con grandes y marcados pubis.

El estereotipo es de diosa crisálida: brazos cruzados, pechos apenas señalados, piernas esquemáticas, sentadas o de pie, cabezas enmascaradas, grandes ojos semicirculares, nariz o boca con agujeros y pendientes, gran triángulo púbico y  pose rígida de crisálida.

¿Que significaba el  gran triángulo púbico?.

Era el seno universal fuente de vida, donde el muerto regresaba para volver a la vida.

Representa lo que a la tierra  la cueva-útero, lugar sagrado, santuario de la diosa y fuente de su poder regenerador. Como lugar de transformación, enlazaba el pasado con el futuro de hombres y mujeres.

La vulva simbolizaba la creación y el renacimiento, al igual que el laberinto, meandro y espiral en muchas cuevas simbolizan la manera de acercarse a una dimensión invisible para los sentidos.

La diosa es la Madre-mago. En muchas figuras la postura de los brazos pegados al cuerpo o cruzados es la de los muertos enterrados de la Vieja Europa. El concepto vida-muerte, ambivalente en las diosas, también aparecerá en la Grecia antigua con Demeter-Kore o Perséfone, Hécate-Artemisa.

Diosa Madre Atigrada

La diosa era también un músico con flauta de Pan adornada con anillos. Como poseedora del secreto de la vida su música o palabras debieron tener una significación mágica e inmutable.  Las manos mágicas son de 4 dedos, tienen una cualidad hipnótica, muchas pintadas en vasijas y frisos. Se desconoce el significado de estos cuatro dedos.

Los huevos o círculos de la espalda evocan su poderío. Representan la fuente de su desarrollo superior y podrían denominarse símbolos de “llegar a ser”. Las vasijas tienen forma de huevo en  muslos y nalgas así como la vasija misma. En ellas se pintan ciervos, perros, cuartos crecientes.

Tienen  huevos dobles, colocados  encima de las nalgas (trigonum lumbale). Y hay   huevos que se han encontrado dentro de las mismas figuras. También rodean al huevo gravados o pinturas como la doble la serpiente enroscada, junto a los signos de llegar a ser.

Como Ser Creador supremo, crea partiendo de su misma substancia, es la diosa fundamental de la Vieja Europa. Contrasta con la Madre Tierra indoeuropea, que es el intangible espíritu-tierra sagrada y sólo se queda preñada  a través del principio cielo-dios masculino.

DIOSAS DE LAS AGUAS O DIOSAS PÁJARO-SERPIENTE, SEÑORAS DE LAS AGUAS PRIMORDIALES.

Diosa de las Agua Morada

Estaban presentes tanto en el cielo como en la tierra, gobernando la fuerza vivificante del agua, asociada siempre a lugares húmedos y a la lluvia. Muchas tenían forma de pájaro, otras cabeza de serpiente,  y se decoraban con líneas paralelas, en zig-zag, uves, galones, y meandros. Las líneas serpentiformes y ovoides repetidas en vientre, nalgas o muslos de las esculturas evocan la gran importancia que tuvo la serpiente en la prehistoria, símbolo de vitalidad y rejuvenecimiento periódicos, pues no en vano aparece en muchas cosmogonías.

Para nuestros antepasados el agua era lo que separaba lo vivo de lo muerto. Relacionada con símbolos acuáticos como la M, o línea ondulada asociados a aves acuáticas y peces.

Las cosmologías más antiguas describen un universo de aguas primigenias, que se identificaban con la diosa que a menudo se representaba como un ave acuática o una serpiente.

Curiosamente en muchas civilizaciones al rio se le ha denominado “la Madre”, por la capacidad de la diosa para dar vida con las crecidas y quitarla con las inundaciones. Hay indicios para pensar  que muchos santuarios prehistóricos estaban emplazados en fuentes y manantiales.

DESCRIPCIÓN DE LA DIOSA DE LAS AGUAS

Con el retroceso de las glaciaciones hacia el 15000 adne. las aves migratorias indicaban el cambio de las estaciones y a la diosa se la representó como híbrido mujer/ave. La  diosa Pájaro era la diosa que se encargaba de proveer la humedad que precisaba el conjunto de la vida para seguir existiendo, y como ave acuática era el nexo entre la tierra y el cielo, quizás imaginado como universo acuático por ser el cielo, el origen de la lluvia y el aparente destino de las ánades migratorias. Es muy posible que los ritos estuviesen influidos por los cambios estacionales ligados a estas aves.

Diosa Madre Rastas

Llevaba máscara  con pico de ave, brazos como alas, glúteos con forma de ave. En su simbolismo acuático y pubiano, aparece  la V que se empleaba desde el paleolítico. La leche y la lluvia eran fuente de alimento vital. Era Diosa Donante de vida. Parece que también era diosa de la muerte, referida a la regeneración  cuando adoptaba forma de ave de presa.

Las características de ave están acentuadas por su postura, inclinada hacia delante con brazos rígidos con perforaciones para poner plumas.

Entre los signos que llevaban gravados están las lineas paralelas o en zig-zag, bandas punteadas, o serpientes enroscadas en nalgas, abdomen y muslos y peinado de espiral de serpiente. Las aguas superiores e inferiores se representaban por meandros laberínticos y espirales de serpiente en la frente y a los lados de la nariz.

Los símbolos gravados en espalda y piernas estarían relacionados con los líquidos y sus propiedades sustentadoras de vida.

La presencia de letras uves y galones o cruces sobre los pechos de las esculturas o por debajo de estos, sugiere una identificación de la lluvia con la leche, una creencia extendida que les hacia ver pechos de mujeres o ubres de vacas en las nubes. Esta creencia todavía existe entre los cazadores del ártico y se remonta al paleolítico.

También el líquido amniótico se gravaba en los muslos.

Un símbolo fundamental es el  meandro que lo graban en las máscaras en la frente y a los lados de la nariz.

Gimbutas destaca también que las formas ovoides en muslos, caderas y gluteos, apuntan un híbrido  entre mujer y ave acuática.

La asimilación de la diosa con aves de presa persistirá en época hitórica con diosas como en las egipcias:  Nekhbet, Neith y Mut; la siria Anat, la griega Atenea; la germana Walkiria, la irlandesa Morrigan, la vasca Mari, etc.

Las dos entidades como Diosa Pájaro o Serpiente, a veces se representan juntas y a veces por separado. Es pues  la diosa del agua y del aire. Toma forma de una serpiente de  agua y un pájaro acuático.

En cuanto a la relación agua-serpiente aparecen símbolos como  la espiral, el  meandro y el laberinto, descubriéndonos el movimiento serpentino del agua a través del útero de la mujer y de la tierra o cueva. Se trataba de guiar a las almas de los muertos hasta su renacimiento.

También es característica la  bisexualidad de algunas esculturas con cuerpo de pájaro, cabeza de mujer o  cuello y cabeza  fálicos.

A diferencia de los indoeruopeos, para los que la tierra era la Gran Madre, los habitantes de la Vieja Europa crearon imágenes maternas de las divinidades del agua y el aire, la diosa serpiente y pájaro. La diosa que nutre al mundo con agua, alimento divino  y leche, se convirtió en niñera o madre también.

Esta diosa era el principio femenino. La diosa era invocada para pedir lluvia.

DIOSA DE LA NATURALEZA O DIOSA PREÑADA  DE VEGETACIÓN.

En el comienzo de la agricultura la preñez de la mujer se asimilaba a la luna grávida y debió hacerse extensiva a la fertilidad de los campos. La simbología fundamental que aparece en su cuerpo, sobretodo en su vientre, es el losange o cuadrado único, seriado o partido en cuartos, en relación a las fases lunares y en cuyo centro hay un punto que representa la semilla. El cuadrado es el símbolo de la materia perenne en la tierra y, tanto de pie como entronizada, la diosa que lo contiene personifica la germinación, brote, crecimiento y maduración de toda la naturaleza. Muchas veces sus manos descansan sobre el vientre abultado.

Diosa de la Naturaleza

DIOSAS CELTAS O DIOSAS NEOCELTICAS.

Como la cultura celta, heredera del significado profundo del simbolismo neolítico es una de mis favoritas he elaborado una subserie

La veneración por el agua era su seña de identidad para los celtas. Cada río, poza, manantial o lago tenía su diosa tutelar y su poder mágico, curativo y regenerador. He explorado en Neocélticas  con  lineas curvas y arremolinadas que se inspiran como en el arte celta en la infinita y sutil transformación de la naturaleza. Los entrelazos de estas obras nos sugieren la interrelación e interconexión entre todos los seres y cosas.

Estas obras están elaboradas en técnica constructiva mixta con cemento txt, lanas, telas y otros materiales. Policromadas.

Diosa celta Multipechos